Sr. Director: Ha finalizado en el parlamento catalán la comisión de investigación sobre el caso Pujol. Y el colorido desfile de personajes ha demostrado que la administración catalana se había convertido en muchos casos en un entramado de intereses del que todos se beneficiaban: políticos, amigos, conocidos y familiares. De las conclusiones me ha sorprendido la de CiU. Según ellos la corrupción en Cataluña era culpa de "los fallos en el sistema fiscal de España". Ya era raro que no sacaran a pasear a España como culpable. Resulta ahora que los Pujol, Montull y Millet eran unos santos inocentes que se lo llevaban calentito por culpa de los errores españoles. Quizá es oportuno recordar aquellas sabias palabras de Josep Tarradellas: "en política se puede hacer de todo menos el ridículo". Algunos no deberían olvidarlo. Juan Sánchez Manrubia