Sr. Director: Las aguas pasan…pasan y seguirán pasando. Siempre han pasado. Unas lo harán sin mojar, como  el agua sobre las piedras. Otras lo harán empapando, y dejando al hacerlo frutos que alimentan. Han sido útiles. Ante el "orador" los oyentes pueden hacerlo con agrado y no se dan cuenta que están recibiendo un agua que no les va producir ningún bien. Han querido oír lo que necesitaban…incautos, les están mintiendo. Ese decir, lo que no se siente, y si esas palabras  -a todas luces imposibles de cumplir- se vierten sobre oídos incautos… habrá que analizar la posible patología del  enfervorizado "orador". Puede padecer una disociación de su personalidad, a todas luces 'preocupante', y más preocupante si cuenta con el apoyo de unos votantes, con buenas o regulares intenciones… Que nunca se sabe a quién dejamos al frente de los designios de un colectivo, pequeño o numeroso. Y qué pensar cuando los de una nación son los que se dirimen. Algunos pueden oír y decir… ¡pero hombre, qué estás diciendo! Pero otros, en otros caben dos posturas antagónicas: Oír y creérselo, incautos siempre hay, o escuchar con una intención interesada, harán cálculos y llegarán a pensar… ¿a cuánto llegaremos en el reparto? Y por desgracia esta postura ha debido ocurrir, lo hemos sufrido y esperemos que las posturas antirrobo y espolio se concreten y todos y todas se pongan de acuerdo. Todavía las posturas no están del todo concretadas. Faltan ideas… o vergüenza "torera". ¿Qué es la corrupción? ¿Lo explico? Para qué, si todos lo sabemos, Pero, ¿por qué ha proliferado? ¿Será que todos han robado y se tapan las vergüenzas unos a otros? La gente se cabrea y piensan…todos son iguales, son la "casta". Y surge otra casta, peligrosa, la casta de unos universitarios, que accionando y accionando, pisando el acelerador del descontento -que lo hay-, ofrecen humo, y como este no deja ver las utopías ofrecidas... Pero este humo detecta Hacienda que se debe a un fuego común. El defraudar al Erario Público. Hacienda cuenta mis "secretos" y lo denunciaré. Todo muy enfadado ese hombre predestinado a guardarse las moneda, vengan de donde vengan, que las monedas no tienen nacionalidad y todas son bienvenidas. Siempre queda el recurso del "y tú más". Pero parece que se ha pasado de moda, ante la magnitud de lo que "olemos", o de lo que "oleguemos". ¡Ah! ese clan del honorable.   Qué socorrido era…Y Bárcenas, ¿qué? Era "calderilla", y de un presunto delincuente, ante las magnitudes de lo que se va detectando. ¿Paramos, o seguimos? Creo que al buen entendedor, con pocas, las imprescindibles, palabras bastan. Yo, personalmente respondo de casi el 100% de los Políticos, con mayúscula. Los otros son de la casta de los sinvergüenzas. Alfredo Hernández Sacristán