Sr. Director: A partir de ahora la Generalitat solo se personará en las manifestaciones y alborotos callejeros si se lesionan bienes públicos o se agrede a funcionarios. La respuesta de la policía autonómica no se ha hecho esperar, como tampoco la de la oposición. En tiempos recios como lo que se avecinan, al Gobierno Puigdemont le interesa tener el viento a favor. Necesita, sí o sí, a los ocho diputados de la CUP que le dieron su voto. El independentismo ha conseguido que sus intereses particulares adquieran, aparentemente, forma pública de derechos. De este modo ha ido controlando el discurso y las instituciones. La calle, finalmente, se ha cedido a los antisistema, para que mantenga viva la tensión. Tremenda irresponsabilidad. J.D. Mez