Sr. Director: Como decía el cardenal Blázquez, al inaugurar la Asamblea Plenaria de la CEE, la Iglesia no puede limitarse a una explicación y denuncia de las causas de la crisis en términos económicos, sino que quiere ir al fondo de una crisis que, en primer lugar, es de tipo moral y religioso, ya que sus orígenes es el culto idolátrico al dinero. La Iglesia, decía el nuncio, monseñor Fratini, no mira la pobreza con los ojos del sociólogo ni los del político, sino con una mirada que ve en la persona necesitada al mismo Jesucristo. Esa mirada es la mejor aportación posible de los cristianos a una sociedad más justa y humana, en la que se respete la dignidad de cada ser humano. El cardenal Blázquez pedía únicamente dos cosas: libertad para que la Iglesia pueda presentar con respeto sus propuestas a la sociedad, y coherencia de los católicos en el modo de vivir su fe en sus respectivos ámbitos. Suso D.