Sr. Director: Hace unos días leí en un periódico que habían retirado el busto del escritor José María Pemán del teatro de Villamarta, de Jerez de la Frontera (España). No comprendí esta decisión por ser un literato de extraordinaria popularidad y con valores literarios innegables. Porque hay miles de jerezanos que le quisieron y admiran aún por sus obras y por su persona. El señor Pemán llevó a cabo una vida literaria fecunda y generosamente volcada en los demás. Escribió obras teatrales, novelas, poesías, artículos, programas de televisión y más cosas. Su vida transcurrió en un eterno aprendizaje en la búsqueda de la palabra exacta, sin que ésta perdiera ritmo ni medida. Se ha comparado la poesía de Pemán con la de Manuel Machado. Manuel Alvar ve en la obra de Pemán "la sombra grande de Manuel porque está ahí viva y entrañable". Para Daniel García Pita Pemán era una combinación notable de senequismo, espiritualidad católica, humor profundo y amor por Andalucía. Pero el nuevo Ayuntamiento de Jerez, que profesa un izquierdismo extremo y ejerce el sectarismo yla revancha, ha decidido retirar el busto del señor Pemán. ¿Y por qué? Han justificado este retirada en la condición de asesino fascista de este valorado escritor. Esto, además de ser una calumnia soez e injustificada, indica una falta de erudición histórica del personaje y una óptica estrecha y desvalorizadora. El actor malagueño Antonio Banderas ha manifestado con un sentido común admirable que "no me importa un pito de qué partido sea el que trabaja bien". Pero los izquierdistas de Jerez no piensan igual, pues cuenta más la ideología política que los innegables valores literarios de José María Pemán. Pero la historia pondrá las cosas en su sitio y se reconocerá su valor literario, poético, teatral y humano. Arturo Ramo García