Sr. Director: Ante el grave problema que desde hace años, ahora se ha agudizado, afecta al Mediterráneo, Europa no puede permanecer más tiempo secuestrada por una mentalidad individualista y burocrática. El problema complejo de la inmigración requiere una respuesta de urgencia. Existe una obligación moral inmediata de salvar las vidas de quienes han iniciado esa travesía de la esperanza. La presidencia de la Unión Europea, que presentará en mayo su agenda sobre inmigración, no puede ralentizar su respuesta por cálculos estratégicos, porque esta emergencia se va a agudizar con la llegada del buen tiempo. Como nos recuerda el Papa Francisco, la dignidad de la persona humana y el bien común están por encima de la tranquilidad de algunos que no quieren renunciar a sus privilegios. Europa no debe contribuir a la globalización de la indiferencia. José Morales Martín