Sr. Director:

En el tema del derecho de los padres a la educación, la “ingeniosidad” de Iglesias destapa lo que toda la vida se han llamado sofismas cuando no burdas soflamas. Dice el ciudadano comunista: “los hijos se inscriben en el registro civil y no en el registro de la propiedad”. Muy claro y muy propio de quien defiende el estatalismo totalitario.

La única explicación es que Iglesias prefiera que nuestros niños y jóvenes sean inscritos en otros registros de otros colectivos, pero de momento -solamente de momento-  tampoco se les inscribe en el colectivo LGBT, ni en la manifestación del orgullo gay, ni en el club de amigos de Simone de Beauvoir, ni en la Unión de Juventudes Comunistas, ni en la Juventud Comunista de Venezuela, ni en la Liga de la Juventud Comunista China, ni en el Movimiento de Pioneros de la URSS, ni en los Pioneros de Octubre…

Ahora que la progresía acaba de descubrir a Galdós y quieren hacer de él bandera de progresismo, feminismo, antimonarquismo y anticlericalismo, no es ocioso recordar una frase de Don Benito, pronunciada en su época álgida de dedicación a la política, allá por la primera década del pasado siglo y en la que acusando, eso sí, al conservadurismo y al reaccionarismo clerical decía:

“…y hacerse dueños de toda la vida española y a trincar con dura garra la enseñanza pública, para moldear a su imagen a las generaciones venideras”.

Basta sustituir conservadurismo y reaccionarismo clerical por comunismo y adoctrinamiento ideológico, para tener la clave del tan rotundo “de ninguna de las maneras”.