Sr. Director:

Los votantes del partido de la derecha francesa (LR) triunfadora con Chirac o Sarkozy están ahora bastante desorientados, tanto por razones ideológicas como por la falta de un auténtico líder. De hecho, según algunas encuestas recientes, aunque les atraen posiciones de la extrema derecha en algunas cuestiones sociales, el 47% prefiere una alianza con el macronismo, que por su parte está protagonizando tendencias muy próximas. Le votarán en segunda vuelta, frente al 33% de quienes piensan que su partido debería aliarse o fusionarse con RN, el partido de Marine Le Pen (quince puntos menos que en 2020). Está por ver el éxito en las regionales de Xavier Bertrand, ex-LR, que ha lanzado ya su candidatura para 2022 en nombre de una “derecha social y popular”.

Pero una sociedad tan compleja como la actual se resiste a simplismos y estereotipos. La solidaridad social no depende ya de la clase. La izquierda social-liberal a lo Blair refleja demasiadas contradicciones internas. El miedo a la destrucción de la naturaleza no basta para adherirse a políticas verdes no experimentadas y no exentas tampoco de incertidumbres, porque falta coherencia para aceptar las renuncias que exigiría: la economía de mercado ha creado necesidades superfluas a las que se ha acomodado la gente por la comodidad o el bienestar que aseguran.

De otra parte, el bien común deja paso al interés general, a las expectativas de los muchos, pendientes de superar las secuelas del coronavirus, tener trabajo –con mejores condiciones laborales- o una buena jubilación –no mucho después de los 60-, pagar sus deudas, asegurar el futuro de hijos y nietos. No están ahora quizá para experimentos. Y, al cabo, no faltan quienes consideran que la energía nuclear es la mejor desde el punto de vista del medio ambiente.

Como se ha escrito estos días, a un año de las elecciones presidenciales francesas, la única certeza es que no hay certezas. De todos modos, algunos pactos previos a los próximos comicios regionales, así como los resultados de éstos y el índice de participación, podrían ir despejando el panorama.