Sr. Director: Cáritas, en el informe "Economía y personas" presentado la semana pasada, insiste en que la economía debe regirse según nuevas reglas, en las que el trabajador sea más que una simple mercancía. Las Cáritas diocesanas han puesto en marcha diversas empresas de economía social, que sin renunciar a la rentabilidad anteponen el respeto a la persona y el servicio a la comunidad. Más de mil personas trabajan en ellas. Es solo una gota en el océano, pero Cáritas confía en que el ejemplo se contagie al resto de la economía. Para eso hacen falta cristianos comprometidos, para quienes la fe no sea una mera cuestión piadosa. Humanizar el mundo del trabajo, ha subrayado el Papa, es una de las grandes responsabilidades hoy de los laicos católicos, ya sean trabajadores, ejecutivos o empresarios. Jesús Madrid