Sr. Director:

Pablo VI, hoy beato, falleció en 1978.

Los quince años que transcurren desde 1963 estuvieron plagados de cambios de una extrema profundidad. La clausura y puesta en marcha del Concilio Vaticano II, la celebración de las Conferencias del CELAM, el Credo de la Fe como respuesta a los profundos cambios sociopolíticos y culturales de la segunda mitad del siglo XX, fueron desafíos enormes para un hombre prudente que hubo de asumir la misión de dirigir la Iglesia en la tormenta del posconcilio.

Pablo VI sigue siendo bastante desconocido, y en el caso español, sigue cargando con prejuicios tan falsos como malévolos.

Pablo VI no fue enemigo de España. Ojalá que los meses que quedan hasta su canonización creen suficientes oportunidades para recuperar su Magisterio, su labor pastoral y su contribución a bien de la Iglesia y del mundo en el que le correspondió vivir.