Sr. Director:

Cuando me despierto cada mañana, tras dar gracias a Dios por ello, me pregunto qué nuevo atropello nos espera hoy del okupa de La Moncloa. Que Pedro Sánchez consiguió la presidencia del gobierno de forma inmoral, no es un pronunciamiento caprichoso, pues está en la mente del pueblo al que “dice gobernar”; también Maduro hace creer que gobierna para su pueblo. Basta observar la forma en que lo consiguió, pactando con lo peor de la clase política, radicales de la izquierda bolivariana, golpistas e independentistas y padrinos de los terroristas; ¿hay algo peor?

Se trasladó al Palacio que pagamos todos, y desde él nos quiere maltratar por no haberle querido votar nunca; no hay día en el que no nos sorprenda con alguna nefasta idea: comenzó llamando a voces a todos los migrantes que vagaban por el mundo, para que viniesen para acá; con ello ha creado una enorme crisis inmigratoria muy difícil de afrontar. Siguió con su devoción favorita, abrir heridas -cerradas hace mucho tiempo- de las dos Españas, sacando a pasear esa figura que ya nadie recordaba, Franco. También tiene una gran debilidad, la Iglesia Católica y todos sus fieles, a los que quiere encerrar en las catacumbas, suprimir las clases de religión, reducir todo lo posible la enseñanza no pública, (para controlar mejor la manipulación ideológica) y romper los acuerdos con la Santa Sede. Utiliza los medios del Estado (avión) para su ocio personal, sin importarle el costo de los mismos. Coloca a sus amigos en los medios estatales más importantes, TVE, CIS, Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado, etc. Así, su amigo el señor Tezanos se ha pasado tres pueblos confeccionado una encuesta que nadie ha creído, pues a quién muy pocos españoles votaron en las dos ocasiones últimas, según este sondeo resulta que le votan una mayoría de personas.

No me opongo a que se deleite en sueños que nunca llegarán a ser realidad, pero que nos deje en paz a los ciudadanos y no nos lacere con más disparates, algunos de difícil rectificación después. Este presidente, salido de la chistera, que da señales de ser aún peor que el nefasto Zapatero, con una locuacidad capaz de convencer al más incrédulo, debería dejar de amenazarnos tanto y que se limite a disfrutar de ese palacio que tanto ansiaba, aguantar en él sin convocar elecciones, aunque las había prometido, y gozar de esas vacaciones no merecidas, con solo dos meses de trabajo.