Sr. Director:

Manos Unidas llevaba treinta años en Haití cuando sucedió el terremoto. Conoce el país y ha tejido redes sólidas a favor del desarrollo. No basta la ayuda de emergencia. Hay que quedarse tras el desastre y seguir trabajando, como hace Manos Unidas, en materias tan urgentes como la seguridad alimentaria y la atención médica, y tan sensibles como la educación. Pero permanecer allí significa jugarse la vida en este momento.

Tan importante como la ayuda inmediata es la inversión a medio y largo plazo. El objetivo no es otro que conseguir que se altere el ciclo de la pobreza y para eso Haití necesita, además de ayudas internacionales, alcanzar la estabilidad política, atajar la corrupción y reducir la dependencia de la deuda externa. Mientras tanto no nos olvidemos de Haití, porque nuestra ayuda sigue siendo necesaria.