Sr. Director: Hace ya tiempo que la máxima preocupación para Washington nada tiene que ver con bases de misiles, sino con una desestabilización en la vecina isla que provoque una avalancha de balseros hacia las costas de Florida. Por lo demás, la línea dura seguida desde 1961 no ha aportado beneficios para el pueblo cubano y en cambio ha servido de coartada para el régimen castrista, cuya supervivencia constituye hoy la principal y mayor anacronía en el continente americano. Hacía falta un cambio de política hacia Cuba, pero esto no debería significar renunciar al objetivo de propiciar una transición política en La Habana. El gran peligro en la situación actual es que el régimen cubano aproveche las incongruencias diplomáticas y el apetito inversor del mundo para configurar esa transición a su medida. Es un riesgo que no hay que subestimar. Muchas personas han hecho enormes sacrificios por la libertad en Cuba y no se las puede traicionar ahora con inconfesables componendas. José Morales Martín