Sr. Director: Ha pasado más de un mes desde que el terrorismo yihadista golpeaba de nuevo el corazón de Londres, con un ataque estratégicamente planificado a pocos días de las elecciones generales en el país británico, y otra vez dirigido hacia zonas de ocio y turismo. El atentado, que era el segundo en el Reino Unido en tan solo doce días, no puede sorprendernos. Eso no quiere decir en que lo afrontemos con la indiferencia de quien lo entiende y asume como inevitable. Igualmente denunciables son las actitudes de aquéllos que se mofan de respuestas supuestamente débiles. Quienes advierten, irónicos o amenazantes, que con velas, flores y oraciones no vamos a resolver nada, están lanzando un mensaje implícito también muy peligroso. Por poderosos que sean los primeros e irracionales sus instintos, debemos siempre responder al mal con el bien. Tenemos ante nosotros un enorme desafío. El yihadismo ataca las raíces de nuestra civilización occidental y nos sitúa ante una forma de barbarie también global. Lluis Esquena