Sr. Director:

Que Sevilla es una ciudad requetebonita lo sabemos, pero es hora de denunciar las cosas que se podrían mejorar. Como es ese lamentable espectáculo de una multitud de sevillanos que aún se desplaza de unos lugares a otros sorteando veladores y manteros, pero utilizando las aceras ¡para caminar! Son personas de todas las edades y condiciones que responden al rancio nombre de peatones, y que por extrañas causas ni quieren ni pueden subirse a una bicicleta, a un patinete o a cualquier otro de esos múltiples ingenios que ruedan por las aceras de nuestra ciudad. ¡Ya está bien de que gente tan pedestre entorpezca con su presencia a los «rodados» que se movilizan a todas horas por las aceras sevillanas! ¡Basta ya del gasto hospitalario que generan esos malditos peatones y peatonas que se interponen en el trayecto de los rodados y sus veloces piruetas! ¡Fuera de nosotros ese nefasto vicio de andar por las aceras, so retrógrados! (PD: Que sí, que sí. Que también yo creo que se pueden compartir razonablemente las aceras por unos y otros; pero siempre que las autoridades acaben con la impunidad de esa minoría de imprudentes que ponen en riesgo la integridad de los peatones más vulnerables, como son niños y ancianos).