Sr. Director: "La era del vacío", "El imperio o de lo efímero", "El crepúsculo del deber". Para Sequeri, a quien más se asemejan algunos adultos y muchos jóvenes de ahora es a un Narciso indolente, satisfecho y embobado que se deja llevar por los ídolos de la posmodernidad, entre ellos la saturación informativa a través de internet. Al adolescente posmoderno sólo le interesa disfrutar del momento placentero inmediato. El culto a la propia imagen en las redes sociales conocido como "Síndrome Selfis" es un claro síntoma de su narcisismo. El prólogo de Vicente Verdú a la novela de Douglas Coupland Generación X, (1993) sitúa perfectamente el problema. Describe a un amplio sector de adolescentes actuales como un gran aglomerado de personas conformistas, pasivas y abúlicas, que son una incógnita; por eso habla de "la generación X". El posmodernismo últimamente está ocasionando algo más que un simple cambio de costumbres. Me refiero a una preocupante deriva de la adolescencia, a un desvío de su verdadero rumbo y de su auténtica función; está dejando de ser una etapa puente entre la infancia y la adultez para convertirse en un fin en sí misma y sin fecha de caducidad. Los "eternos adolescentes" ganan terreno cada día. ¿Existe alguna solución para los adolescentes del posmodernismo? Preguntaba Gerardo Castillo y se respondía "Sugiero dialogar con cada uno de ellos, para ayudarle a desmitificar los pseudovalores de la subcultura en la que está sumido." Suso Madrid