Sr. Director: El pasado domingo falleció, a los 94 años, uno de los grandes poetas vivos que nos quedan: Pablo García Baena. Premio Príncipe de Asturias 1984. Al ser de la tierra y la ciudad donde me crié y pasé mi infancia y adolescencia, quiero rendirle un homenaje con un poema que está en mi poemario: "ENSUEÑO, Viviendo en la poesía". VI                                                                                     A Pablo García Baena   Cual dormidas algas verdes, suena débil la música, y se enreda en sus indolentes dedos. Es música, del agua que golpea en las rocas, en los juncos; es flauta del arroyo y su corriente. Es el tiempo el que desnuda sus recuerdos y su mente. Sola queda la flauta entre las hierbas, cedida al arroyo y su corriente, y se inclina a beber agua, tembloroso y reverente.   La voz del agua que en el venero, golpea las calladas piedras, vuelve a hablarle en la noche, al cabo de los muchos años, de pedirlo con deseo e insistente, al romper con su líquido alabastro, el silencio de las hierbas verdes.   Y a la vez que le habla suavemente, desenreda de sus indolentes dedos, los retazos de su larga vida que creía dormidas algas verdes.   Y le muestra sobre el cielo estrellado, esa vida ya vivida, entre versos y poesía, entre piezas de anticuario, agarrado a la belleza, de un tiempo ya pasado, que dejó en ellas impresa su grandeza.   Piensa, que de todo ha disfrutado con corazón, alma, y espíritu, desde aquellos días ya lejanos, en que unos versos, de otro espíritu, de alma y corazón enamorado, sus ojos leyeron, contemplaron. Y quedó desde entonces por los versos, la poesía, la belleza, hechizado. J.R. Pablos