Sr. Director:
En estos tiempos donde la familia anda también cuestionada, se agradece que alguien dé la cara por ella; y más aún, si es el presentador de un programa que no se caracterizarse precisamente por sus contenidos pro familiares, sino que suele alimentarse de sus patologías.

Por eso resultaba muy emotiva la intervención hace unos días de Jorge Javier Vázquez cuando, muy ceremonioso y rodeado de sus colaboradores en Sálvame, comenzaba a hablarnos de la familia, palabra que mencionó unas diez veces en un discurso de solo seis minutillos. Hasta que nos dimos cuenta de que al hablarnos de familia, se estaba refiriendo a él y a todos los que viven de su millonario programa.

Porque de lo que se trataba en realidad con su discursete tan emotivamente «familiar», era de presentarse como víctima de un ataque «contra la libertad de expresión» (no le falta humor), ya que la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia le ha abierto un expediente a su programita para que adapte los contenidos al horario protegido en que se emite, porque contiene numerosas vulneraciones. 

Entre éstas se encuentran el tratamiento de forma explícita y sin solución positiva de graves conflictos emocionales y de situaciones y manifestaciones denigratorias, así como la presentación de productos de la marca Actafarma sin advertir que estábamos ante una mera propaganda publicitaria. 

Una vez más nuestro inefable Jorge Javier desplegaba sus mejores artes demagógicas; aunque eso de invocar tanto a la familia, ante una posible sanción, sonaba peligrosamente equívoco...  

Miguel Ángel Loma Pérez