¿Qué te pasa España mía, qué causa que te desangres, tu sufrir, que lo motiva? ¿Cuáles son tus heridas, quienes son los causantes de ese dolor con que me miras? Acaso las hijas que no te amaron, o son los hijos que de ti abusan. Aquellos que en tu tierra nacieron, los que partir tu cuerpo ansían, ¿son los que te producen esas heridas, ese sufrimiento?   Defenderte de ellos yo quiero. Pues ese tu dolor también es mío, llegando a lo profundo y sincero.   Y esos que sufrimiento te causan no merecen llamarse tus  hijos, ni habitar la tierra en que nacieron, ni la historia, ni la gloria que llevas dentro.   ¿Recordaremos lo que intentaron en los siglos venideros, pues destruirte pretendieron? Por su excesiva ambición de poder, sobre una parte de tu cuerpo, que separar codiciaron, y que gobernar no supieron.   Mas los otros hijos, aquellos que sí te amaron, que te quieren y quisieron, aun sintiéndose  indefensos, con valor y amor te defendieron, y descansar en eternidad todos juntos en el mismo suelo.  J. R. Pablos