Sr. Director: En política no todo vale, menos si se trata de política que se llama democrática. La rivalidad expresada en formas malsonantes e insultos personales es impropia del juego democrático. ¿Por qué el partido demócrata y el partido republicano, americanos, no han sido capaces de detener esta lucha? ¿Por qué los compromisarios han permitido este juego sucio? La política no se corrompe solo porque los cargos electos acepten sobornos o malgasten fondos públicos. La política se corrompe cuando deja de ser una actividad noble para convertirse en una jungla sin reglas. La mayor democracia del mundo anda tocada en sus élites, y el probable triunfo de Clinton no será suficiente para reparar tanto mal. Suso Madrid