Sr. Director: La altísima participación y el interés que el tema sobre el Sínodo de la familia ha suscitado en la opinión pública, reflejan una grave preocupación por la situación que atraviesan hoy las familias, sometidas a grandes obstáculos de tipo cultural, legislativo y/o económico. Y están las heridas y el sufrimiento que esta crisis ha provocado en un porcentaje enorme de familias. Por eso la Iglesia se plantea formas para acompañar mejor a los adultos y a los niños que han padecido las rupturas, y estudia también cómo avanzar en la prevención de estas situaciones. Se percibe claramente que hoy hace falta una preparación mucho más a conciencia de los novios para el sacramento del matrimonio. A menudo los jóvenes ni siquiera consideran que sea bueno o necesario para ellos casarse. Ahí tienen una misión especialmente importante las familias cristianas, que a través de su testimonio están llamadas a anunciar la belleza del matrimonio, que es mucho más que una formalidad burocrática, porque responde a la naturaleza del ser humano y porque de ella depende nada menos que su felicidad. Jesús Martínez