Sr. Director: El fracasado debate a 4 ha demostrado con evidencia lo que se  esperaba por parte de los líderes políticos que no tienen ninguna experiencia de gobierno: descalificar al que con enorme   esfuerzo y sacrificio sí  ha sabido y ha podido gobernar con muchas dificultades  Mariano Rajoy. El  tan cacareado debate no ha servido para otra cosa que para alimentar el ego personal de los aspirantes a gobernar España sin más bagaje que la demagogia y el populismo. El todos contra Rajoy no sólo no ha funcionado, sino que se ha convertido en un pugilato entre Rivera e Iglesia marginando a Pedro Sánchez, quien no ha sabido ni podido salir del esquema de perdedor en el que lo han encorsetado sus jefes  de campaña Luena y Óscar  López. Utilizaron los pobres como arma electoral no porque les interesasen los pobres, sino para descalificar al contrario y ganar los votos de la ignominia. De los pobres se ocupa mucho la Iglesia vía Cáritas, Manos Unidas y otras muchas instituciones católicas. Se repitió el mantra de la corrupción -el tú más- para descalificarse, especialmente por el  representante del mayor caso de corrupción de la historia de la democracia los EREs que todos conocen y nadie cita, esto sólo se hace con Bárcenas. El grave  tema de la educación que tanto importa a los familias españolas no mereció una atención espacial para los tres aspirantes nuevos a sustituir al hasta ahora ganador de las elecciones. Los enemigos de la LOMCE  quieren derogarla como sea y poner en su lugar una modelo educativo contrario a la libertad de educación con el mantra de escuela única pública y doctrinaria, con lo que se prefiere dañar a las familias que elijan para sus  hijos la educación concertada y diferenciada totalmente constitucionales, a un pacto nacional por la educación sin líneas rojas que lo hagan imposible. Alguno puso su acento en Grecia como modelo político y quiere experimentar aquí lo que es un desastre allí. Los  mosqueteros de la Izquierda incluido el que se proclama de centro izquierda, quieren tirar por la borda todo lo que ha funcionado  como el aumento del empleo y la disminución del paro para volver a las andadas más paro y más déficit menos pensiones. Todos sin embargo prometieron que no habría nuevas selecciones y sí gobierno después de éstas, pero no respetando al partido más votado, sino coaligándose los enemigos de hoy, por el poder de mañana. La gobernabilidad de España está en juego y algunos quieren prolongarla hasta la asfixia. El peligro de la repetición del esperpento de los Cuernos de Doña Friolera según lo dramatizó Valle- Inclán es  ahora tan real como lo fue después del 20D, si no se respeta lo que digan las urnas: dejar gobernar al partido más votado por los españoles: todas las coaliciones de gobierno  entre los partidos que las pierdan suponen tomar a los españoles por tontos que no saben ni lo que votan ni a quien votan para formar gobierno. Lo democrático es que las coaliciones se hagan antes y no después de perder las elecciones. Fidel García Martínez