Sr. Director: Acabada la dedicación litúrgica a los barbudos, la semana de los barbudos, conocidos como los días más fríos del año, no lo ha sido así este, empieza la semana dedicada a los mártires, san Sebastián, santa Inés, san Vicente, etc. Pienso que es buen momento para recordar que el martirio es la máxima expresión del testimonio de amor, tal como lo expresaba tiempo atrás el cardenal Fernando Sebastián. Si una de las señas de identidad del cristiano consiste en dar testimonio, puede decirse que nada hay más auténtico en la vida de la Iglesia que el testimonio de los mártires, que no ha cesado desde los primeros tiempos del cristianismo, como el que dio el primero, San Esteban. En este sentido, la historia de los mártires ahora reconocidos se convierte en un puente de acogida y perdón, y también en un verdadero signo de ciudadanía que puede alcanzar a quienes aún están impregnados por el sectarismo. Los mártires señalan un límite a la arbitrariedad del poder, y sirven al bien común con la belleza desarmada de sus propias vidas. Suso D.