Sr. Director: Asensio, Titular de la Universidad de Málaga, desmontó el topicazo de la exención de la Iglesia del IBI. Está previsto en unos acuerdos internacionales plenamente vigentes. No es algo discrecional, sino tasado en buen derecho. Dato: de los 100 millones de euros que no recauda por IBI el ayuntamiento de Madrid, sólo 4 millones y medio corresponden a la Iglesia; 95 millones y medio de euros corresponden a partidos políticos, sindicatos, fundaciones, estadios de fútbol, hoteles como el Ritz y el Palace, mezquitas, templos de otras confesiones. Toda una propaganda laicista y mentirosa ataca a la Iglesia católica con este asunto. Por cierto, el IBI no existe en países de nuestro entorno; en Inglaterra que no es una teocracia como Arabia, paga todo el culto y al clero anglicano y nadie dice nada de esto. La muy laica Francia por su ley de 1905 sostienen todos los templos y al clero de toda Francia; pues seamos como Francia, amigos. Sólo un 25 por ciento de los contribuyentes sabe que se pueden marcar las dos casillas de la Renta. Curioso también, fue el PSOE de ZP, el que aumentó al 0,7 en la financiación de la Iglesia. Los colores políticos en estas cosas son engañosos. La comunidad que más aporta en la x de la Iglesia es Castilla la Mancha, seguida de Andalucía. Cataluña la que menos y sus niveles de renta son muy superiores; los pobres ayudan más a la Iglesia que los supuestos ricos. La Iglesia debe, lo está haciendo, hacer un esfuerzo muy serio en informar de su labor en bien de todos los españoles, repito de todos, creyentes o no. Silvia Meseguer y Diego Zalvidea han dado un impulso definitivo a posibles desgravaciones en las leyes de mecenazgo español. Conclusión: el estado español debe estar muy agradecido a la Iglesia católica por su labor espiritual, cultural y social. Marquen la X, o las dos, sin miedo alguno. Y basta ya de topicazos que huelen a peluca empolvada anticlerical de épocas ya muy pasadas. Y finalmente, musulmanes, protestantes, etc., son financiados directamente por el Estado español en lo que denomina Ferreiro como un engendro jurídico. Domingo M.