Sr. Director:
¿Recuerdan? Han pasado ya dos años desde que el Papa Benedicto XVI conmoviera al mundo con un inusual ejercicio de libertad de conciencia al presentar su renuncia al ejercicio del ministerio de Pedro.

Dos años en los que el mundo ha tenido la oportunidad de comprobar que la Iglesia es un referente de libertad y de profetismo frente a los poderes que atenazan a las personas. La Iglesia, que siempre es joven, es capaz de renovarse cada vez que mira al centro de su vida, el Evangelio de Jesucristo, vivido y  anunciado desde hace más de dos mil años.

El Pontificado del Papa Francisco no se entendería sin la decisión que se hizo pública aquel 11 de febrero de 2013. Una decisión de un hombre, Joseph Ratzinger, que ha cambiado el curso de la historia.

Jaume Catalán Díaz