Sr. Director: La educación por mucho que manipulen los partidos políticos, los sindicatos y  los que viven en la revolución educativa permanente no es un medio para  nada, sino que tiene el noble fin de formar a  los alumnos en la máxima exigencia a la que cada uno pueda llegar como persona en todas las dimensiones desde la trascendente religiosa hasta la física, pasando por la moral y estética. Concebir la educación como herramienta de cambio político, social o económico, es un error. Hacer de la educación un campo de lucha ideológica como parece que pretenden los políticos en estas elecciones es una forma de perpetuar la crisis educativa que la sociedad española sufre desde hace más de tres décadas. Nunca como hoy se ha gastado tanto en educación y nunca la educación y sus resultados no sólo no son buenos sino que han aumentado el fracaso escolar y el abandono escolar temprano, a lo que hay que añadir que las exigencias educativas en todos los niveles del sistema son cada vez menores. Es una verificación directa por los testimonios de todos los docentes en todas las etapas del sistema educativo que  a los alumnos cada vez se les exige menos y se les da más facilidades, porque son muchos los alumnos de todas las etapas del sistema que no superan las exigencias académicas para enfrentarse a los estudios de niveles superiores. Basta  una simple comparación no ideológica ni política de los exámenes de la PAU actual con los las pruebas de la Selectividad o de PREU de hace unas décadas para confirmarse cómo el nivel de exigencias han descendido. Los exámenes actuales son más sencillos que los de hace unas décadas; no faltan nostálgicos cada vez menos que afirman que el bachillerato del 1938 era mucho mejor. Hoy se tiende a poner pruebas de acceso a la Universidad con un bajo nivel para impedir que muchos no se queden fuera del mundo universitario, lo que a la larga es un prejuicio para los propios alumnos. Es un dato objetivo muy preocupante el constatar que el nivel educativo del sistema educativo español ha descendido significativamente, de tal modo que en las competencias que se evalúan a nivel mundial los estudiantes españoles obtienen con frecuencia  mediocres  resultados. Una de las causas de mala calidad del sistema educativo español está relacionada con la LOGSE que  ha sido la causante del triunfo  de una ideologización igualitaria, uniformista y materialista de la educación, según el modelo  de la LODE  impuesto por Maravall. La fobia actual contra cualquier tipo de reválida, está fundamentada en que el sistema de Educación  actual es   radicalmente antiselectivo y  orientado única y exclusivamente al mercado del trabajo. La LOMCE  ha intentado corregir esta deriva anti-reválida a la que se han sumado todos los partidos políticos  populistas, socialistas y nacionalistas e independentistas, pero por  la incapacidad del actual ministro del PP, se han suspendido los aspectos más positivos de la LOMCE para conseguir la excelencia  y el mejoramiento  de la calidad educativa  con pruebas objetivas y verificables según criterios internacionales. El problema de la educación en España es la politización de la misma. España necesita un pacto por la educación que atienda más a las demandas de la sociedad civil que exige más calidad, más libertad y excelencia con más participación de los últimos responsables de la educación de sus hijos que son los padres, porque los hijos no son ni del estado ni de la tribu. Gastar más en educación no supone  per se obtener mejores resultados. Los colegios concertados, exceptos algunos, logran con menos dinero mejores resultados que los colegios públicos, cuyo puesto escolar cuesta más a los españoles que un puesto en un  centro concertado, y los profesores de éstos  por el mismo trabajo cobran menos; con lo que se demuestra que el economicismo liberal o socialista  no soluciona el problema educativo sino que lo agrava. El dinero es necesario para una educación de calidad, pero no  sustituye a los esfuerzas constantes de los alumnos y profesores para mejorar la enseñanza. Otro problema muy serio que afecta a la calidad de la educación en España es la integración de los emigrantes en el sistema educativo. Se obliga a  las familias españolas con bajos ingresos a que sus hijos reciban una educación de peor nivel que antes de la llegada masiva de inmigrantes. Se constata cómo la aceptación de inmigrantes no españoles y en su mayoría no europeos, por imposición ideológico-política en las aulas sin un trato distintivo y sin una evaluación previa de su situación escolar y de su capacidad de adaptación al sistema escolar lleva a un descenso del nivel de la enseñanza, no por culpa de los emigrantes, sino porque  los  políticos  por motivos ideológicos ha impuesto la entrada de los inmigrantes en las aulas sin más requisitos, mientras que mandan a sus vástagos a colegios exclusivos privados, o los concertados con más calidad educativa. Fidel García Martínez