Sr. Director: El folleto sobre las drogas que ha  publicado el ayuntamiento de Zaragoza y que su alcalde, Santisteve, ha comentado con todo género de detalles, ha levantado una lógica controversia, porque  se ha presentado pocos días después de ser detenido uno de la mayores traficantes de cocaína, que tanto daño ha hecho a muchos jóvenes y a sus familias como reconocieron las madres gallegas. Según las palabras del polémico alcalde, quien siempre que puede hace afirmaciones polémicas y toma decisiones ilegales por sectarias -como querer desmitalizar militares, o querer apropiarse de lugares de culto católico como la primera catedral de  Zaragoza (la Seo)-,  el folleto de marras no fomenta, según el alcalde de la antigua Cesaraugusta, el consumo y se trata de una herramienta de trabajo para los llamados educadores de la calle. No se saben muy bien quiénes son y a qué se dedican, si incitar al consumo de sustancias que conducen a los destrucción psíquica y física de los más jóvenes o a prevenir su consumo. La  controvertida guía tiene un título farrogoso y extenso. "Drogas. El mundo. El barrio. Folleto Informativo y de debate desde el Casco Histórico". Como no podía ser de otra forma el citado folleto  pretende evitar la criminalización de los drogodependientes y pretende afrontar el problema del consumo de alucinógenos y estupefacientes para reducir los riesgos de los consumidores cada vez más jóvenes y por lo tanto más desgraciados, que acosta de los desaprensivos traficantes pierden la salud y  llenas de sufrimientos muchas familias. El alcalde de la ciudad del Pilar ha justificado esta iniciática de facilitar el consumo  responsable de drogas alegando que  en la guía del usuario de la droga ha intervenido médicos del Centro de Salud Casco Histórico. En el folleto  se dan instrucciones precisas sobre cómo consumir el cannabis o la cocaína, qué dosis  son las más convenientes, cómo se deben mezclar,  cómo afecta el consumo a  salud y cómo debe ser pulverizadas sustancias tan perniciosas para la salud:  hemorragias, enfermedades del hígado, corazón, trastornos psicológicos y un muchos otros efectos nocivos que son la mejor prueba para no consumir sustancias que destruyen familias enteras y sólo favorecen a los traficantes cuya única obsesión es el dinero a costa de destrozar  a sus semejantes. A esta visión totalitaria de educar a los jóvenes en los antivalores destructivos se ha sumado Doña Susana Díaz con su panfleto cutre sobre el onanismo. Fidel García