Theresa May ha anunciado su dimisión, incapaz de desbloquear la situación creada por el referéndum del Brexit. La experiencia inglesa no puede ser más pedagógica sobre el tema de los referéndums. En el Reino Unido han hecho dos, uno sobre Escocia y otro sobre el Brexit, en ninguno de los dos han solventado la cuestión y en los dos casos, en Escocia y el Brexit, ya se pide hacer nuevos referéndums. Los referéndums son una herramienta simplista, donde solo cabe un sí o un no, un blanco o un negro, no deja lugar a grises, a consensos, a acuerdos, son ideales para los radicales que utilizan la demagogia y la mentira para convencer a muchos en temas transcendentales para elegir una opción cuyas consecuencias reales desconocen. Cuidado con esos que venden los referéndums como la varita mágica que todo lo resuelve.