Sr. Director: "Los crucifijos son sexys porque en ellos hay hombres desnudos", decía Madonna, inaugurando el tiempo en el que llevar una cruz no es motivo de fe sino de moda. Hoy, quizás porque soy un poco más viejo y observador, percibo esa moda, y más de lo que me gustaría. Sufro en silencio cuando veo a gente con una cruz colgada al cuello mientras lanza por la boca una ristra de soberanas guarrerías, jóvenes haciendo gala de la mansedumbre que la cruz representa rompiéndole la barbilla al prójimo o chicas escandalosamente escotadas con una cruz entre… en fin. (Qué decir si en vez de una cruz fuese una media luna). Uno no puede evitar preguntarse quién está detrás de esta ofensa al símbolo más sagrado: El "cabrón desde el principio", por supuesto… Satanás para los amigos y Lucifer para los amigos con mandil. Es evidente… ante el símbolo de su derrota sólo le cabe la burla, como hace todo buen perdedor, dicho sea de paso. Y lo peor no es que ateos o agnósticos (pasotas) lleven una cruz al cuello, sino que autoproclamados cristianos lleven una cruz al cuello y vivan como unos paganos. Sin embargo, este sólo es un ejemplo de la "fe florero". En Sevilla hay un ejemplo innombrable: el de la "fe cofrade" que empieza y acaba en la cofradía. Dos misas al año, estación de penitencia (muchas veces sin Confesión previa) y un año de vida mundana. Y esos son los cristianos, "miarma". Y que conste que lo dice un sevillano. Es lo que tienen los tiempos de apostasía: tontos del capirote (con perdón) y cruces de adorno, que no son menos "peligrosas" que las invertidas. Sin embargo, la verdadera profanación de una cruz colgada al cuello la realizamos los cristianos "coherentes" con nuestras incoherencias y pecados. Esas son las verdaderas profanaciones de la cruz. La de los hijos más cercanos al Señor cuando hacemos el papel de Judas. Satanás con un no creyente pecador con una cruz se ríe, con un creyente pecador se ríe a carcajadas. A veces la verdadera profanación a la cruz la hacemos "los cercanos al Señor". Habla un reciente converso de 18 años, gracias en parte a la VDCJ, lo cual me da una interesante perspectiva: un joven que quiere caminar según Cristo en el mundo de hoy sólo tiene 2 opciones: desistir y dejarse absorber o luchar una juventud de parcial martirio, sobre todo si has despertado del "mal sueño" y te has dado cuenta de que la cama (tu ambiente) donde has dormido no es precisamente un lecho de rosas, en lo que a cristiano se refiere. Quizás exagero, pero por ahí van los tiros… Lo difícil va a ser hacer la cama… y quitarme todo el "mal sueño", que dura y persiste, y es contagioso. Suerte que el Padre y la Madre nos enchufan el despertador para levantarnos cada mañana… en este caso… un despertador llamado Marga. Bendita sea. Cayetano Ruiz