Sr. Director:

Los cristianos de Irak estaban en esa tierra antes de la creación del país, pero en los últimos años han sufrido un auténtico genocidio. La ya diezmada comunidad de bautizados, ante las dificultades sufridas tras las convulsiones provocadas por la caída del régimen de Sadam Hussein, se refugió en la llamada llanura de Nínive, en torno a Mosul. En esa llanura hay muchos pueblos cristianos. El ISIS los obligó a abandonar esas localidades, provocando en una noche un éxodo de 120.000 personas. Muchas de ellas se exiliaron y otras han vivido durante años en campos de refugiados en el Kurdistán. Ahora, afortunadamente, han comenzado a volver a sus casas. Su retorno está siendo una muestra de coraje, de amor por su país, de fidelidad a su fe. Los cristianos del norte de Irak son decisivos para construir un entorno pacífico en el que puedan convivir sunníes, chiíes y kurdos, cosa bastante difícil.