Sr. Director: El último domingo del pasado mes de julio leía que frente al triunfalismo de las declaraciones públicas de los dirigentes de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), se suceden los indicios de que las próximas elecciones autonómicas pueden suponer un varapalo para el actual presidente de la Generalitat, Artur Mas. Hasta el punto de que el impulsor del desafío separatista acaricia la idea de crispar la calle contra el Gobierno como una manera de "salvar los muebles". Tentación peligrosa, ciertamente, de la que debería alejarse. Ya ha dividido bastante, y continúa dividiendo, a la sociedad catalana como para incidir en las mismas pautas y dividir a toda la sociedad española. José Morales Martín