Sr. Director:

Vengo sosteniendo desde hace tiempo, que los males que aquejan a nuestra España se arreglarían cumpliendo y haciendo cumplir nuestra Constitución; y dejando de conculcarla y abusar de ella.

La Constitución de una nación, es el texto más importante de la misma; su propia nominación lo dice: Constitución de una nación. También desde antiguo se llama Carta Magna. Porqué de ella emanan, o deben de emanar, todas las leyes que rigen la convivencia de la Nación, o el Estado. Por llegar a ella todos los pueblos lucharon y murieron. Y algunos todavía lo siguen haciendo. Por ello lo primero que se debe hacer es respetarla y a continuación cumplirla y hacerla cumplir. Sin ese respeto, el pueblo que se asienta en ella deja de existir inmediatamente.

Lo anterior parece obvio, pero hoy día en nuestra nación por los hechos y sucesos, que ocurren y siguen ocurriendo, no parece que lo tengamos muy claro. Y como consecuencia se han ido cometiendo, y se siguen cometiendo en la actualidad sevicias contra ella, o se emiten leyes torticeras que se saltan el espíritu de la misma. Todo en aras del poder, de la envidia, de la soberbia, de la ambición. Y tarde o temprano, ahora más temprano que tarde, la nación pagará las consecuencias. Como se pagaron en otros tiempos, ya pasados; y que luego costaron décadas, e incluso siglos reparar.

Lo sorprendente es que aquellos, que han nacido, criado y vivido amparados por ella, en un régimen de libertad y en un periodo de prosperidad como no hemos tenido nunca en nuestra historia; se dedican a combatirla con denuedo. En este terreno la palma se la lleva la obsoleta Izquierda, hoy se quieren o se denominan Progresistas. Y por la forma en cómo actúan, tengo la impresión que no saben lo que significa el progreso, y por lo tanto malamente podemos progresar con ellos. Tampoco les interesa conocerla y por ello meten la pata continuamente. Si la conociesen y la respetasen, no tendríamos ya, al actual Gobierno que actúa únicamente a golpe de Decreto Ley. ¡Como los más conspicuos Dictadores que han sido! ¿No me gusta una sentencia del Supremo? Pues me la salto al día siguiente con un Decreto. ¡Y encima le echo la culpa a la Justicia! Es el inicio de un camino muy preocupante. “Hecho un cesto hecho ciento” Dice el sabio refranero español.

¿Y de los que dicen que la defienden? ¿Proponen leyes para defenderla?

¿Proponen reformas en los estatutos de Autonomía y retirar competencias exclusivas del Estado que no se deberían de haber dado, todo ello por el abuso de poder que se ha hecho? Se tiene mayoría en la mesa del Congreso y absoluta en el Senado, para iniciar muchas cosas que, aunque luego no prosperen, aclararía a los ciudadanos quién es quién y si estaría dispuesto a llevarlas a cabo si gobernase.

Por qué, en vez de tanto insistir en Educación para la ciudadanía, u otras iniciativas que no persiguen más que manipular a la misma ciudadanía que invocan sin parar, no se estudia y se lleva a conocer a fondo nuestra Constitución, y se enseña a respetarla. Claro que así muchos de nuestros políticos, no podrían hacer lo que hacen.

Valgan dos ejemplos de su maltrato y desconocimiento, tanto de su espíritu como de su letra:

1º.- Art. 122. ¿Dónde pone que los 20 vocales deben ser elegidos por el Congreso y Senado? Las Cámaras solo deben elegir a 8. Así se hizo desde 1978 hasta 1985, en que los Socialistas, presumiendo además de ello de forma torticera conculcaron el Espíritu de la Constitución y la independencia de la Justicia. ¡Y seguimos sin remediar el entuerto! ¿De que nos quejamos en estos días por el espectáculo que se está dando?

2º.- El indulto de los Políticos encausados por rebelión, sedición y demás delitos cometidos por personas que ostentaron el Poder en una región autónoma de España. Ese Indulto está prohibido expresamente en nuestra Constitución. No hace falta ninguna ley nueva. Y si en los estatutos de autonomía no está recogida la prohibición de aplicación de esa prerrogativa real de gracia en los casos que nos ocupan; entonces estos son inconstitucionales. Y debe prevalecer ante una situación tan grave, la norma superior sobre la inferior. No hace falta ser jurista para saberlo.

Se van a cumplir 40 años desde su promulgación y se han empezado a realizar algunos actos conmemorativos. He escrito y hablado mucho sobre nuestra Constitución. Independientemente de las mejoras que con el tiempo se deban de introducir, tenemos una de la mejores Constituciones y una base sólida para nuestra convivencia como nación. No volveré a hablar de ella. Lo que tenía que decir está escrito. Solo hacer una propuesta para su exaltación en el aniversario que vamos a celebrar:

Sesión Conjunta de las Cortes, del Rey abajo todos. Los Presidentes Autonómicos, el Gobierno al completo, presidentes del Supremo, del Tribunal de cuentas, del Tribunal Constitucional y sus miembros. A una sola voz a requerimiento de la Ministra de Justicia, notario mayor del reino, prometer o jurar cumplir y hacer cumplir la Constitución.

¡Qué gran escena retrasmitida por todas las televisiones!

Y el que no quiera ir, o no quiera reafirmar su sometimiento a la Ley de Leyes – no vale lo del imperativo legal -, lo cual puede hacer en el ejercicio de su libertad; ya sabe toda la nación que queda inhabilitado automáticamente para el puesto que ostenta, puesto que reniega de la norma que se lo otorga. Sería el mejor homenaje en su aniversario a nuestra Constitución, y un estupendo antídoto para toda España en estos momentos.