Sr. Director:

En 2009 se publicó en España el libro "Seducidos por la muerte", un profundo estudio sobre la implantación de la Eutanasia en Holanda, escrito por Herbert Hendin, director médico de la Suicide Prevention Internacional y catedrático de psiquiatría del New York Medical College.  Su informe frenó a la administración Clinton cuando se disponía a sacar una ley financiada con fondos federales y el autor fue llamado a declarar, resumiendo su obra, ante el Congreso. Herbert Hendin se había desplazado antes a Holanda para estudiar la viabilidad de esta práctica, pero el resultado fue este informe devastador, recogido en un libro que se lee como novela, aunque desgraciadamente no novela de ficción.

Los siguientes párrafos extraídos de “Seducidos por la muerte”, ayudan a comprender las consecuencias de la implantación de la eutanasia en Holanda:

Pag. 27. “Le explicó que había procedido así porque no estaba muriéndose lo suficientemente rápido y necesitaba ese espacio para otro paciente.”

Pag. 28. “Más de la mitad de los médicos holandeses se sienten libres de sugerir el suicidio o la eutanasia a sus enfermos, lo que claramente condiciona la voluntariedad del proceso. El 60 por ciento de los casos no son comunicados, por lo que la legislación no se puede aplicar. Casi la cuarta parte de los médicos admite haber acabado con la vida de enfermos que no les habían dado su consentimiento, lo que al menos en teoría es ilegal en Holanda, como lo es en cualquier otra parte. Algunos ejemplos pueden resultar ilustrativos. Una mujer que no quería seguir cuidando a su marido enfermo le presentó la alternativa de la eutanasia o que fuese internado en una residencia para enfermos crónicos. El hombre, asustado ante la perspectiva de verse a merced de extraños, eligió morir. Un médico acabó con la vida de una monja algunos días antes de lo que hubiera ocurrido naturalmente porque padecía un gran dolor, estimando que las convicciones religiosas de la monja no le permitían pedir la muerte.”

Pag.108.  “En un 30 por ciento de esos casos (en que el paciente no lo pidió) la razón aducida fue a imposibilidad de tratar el dolor de manera efectiva. En el 70 por ciento restante, las razones aportadas fueron variadas, desde un “le faltaba calidad de vida” hasta un “se le retiró el tratamiento, pero el paciente no moría”.

Pag. 113. Preguntándole el autor sobre el caso de su madre, una anciana con neumonía, “El  Dr. Shudel… dijo que a esos pacientes se les daban cuidados paliativos para evitar las dificultades en la respiración, pero que no se les trataba la infección, ya que uno debía preguntarse qué calidad de vida iba a tener ese paciente si se recuperaba”

Pag. 126. “…había más peticiones de eutanasia formuladas por los familiares que por los mismos pacientes. Este sacó la conclusión de que, frecuentemente, son la familia, los médicos y los enfermeros quienes presionan al paciente para que pida la eutanasia.”

Pag.156. “El país se ha movido desde la la eutanasia para los enfermos terminales a la eutanasia para los enfermos crónicos; desde la eutanasia para enfermedades físicas a la eutanasia para las enfermedades psicológicas, y desde la eutanasia voluntaria a la eutanasia no voluntaria y a la involuntaria… Cualquier país occidental que legalice el suicidio médicamente asistido para los enfermos terminales se verá obligado a extenderlo de este mismo modo”

Pag.159. Sobre el exigido informe de cada caso de eutanasia: “Reconocían que un 59 por ciento de casos sin informar resultaba preocupantemente alto.... Entre el 15 y el 20 por ciento de los doctores afirman que no informarán de sus casos bajo ninguna circunstancia”

Pag.186 “La experiencia holandesa ilustra cómo una cultura transforma el suicidio en suicidio asistido y usa la eutanasia de una forma casi rutinaria para tratar con enfermedades graves o terminales, o incluso con la simple tristeza”.

Pag. 240. “El riesgo de daño es más grande para muchas personas de nuestra sociedad cuya autonomía y bienestar están ya comprometidos por la pobreza, por la falta de acceso a una buena atención médica, la edad avanzada o su pertenencia a un grupo social estigmatizado”

Pag. 273 “Aunque la mayor parte de los pacientes de cáncer no expresan un deseo de morir, una importante minoría expresa un deseo transitorio de muerte. Los pocos que presentan deseos persistentes de morir sufren invariablemente una depresión clínica… Una mayor experiencia en el trato con estos pacientes de cáncer, y el cuidado procurado a estos enfermos, nos ha permitido observar con cuánta frecuencia estos pacientes cambian de opinión tan pronto como se les provee de buenos cuidados paliativos, incluyendo el tratamiento de la depresión”.

Pag. 299  “Parte de la desinformación creada es hacer creer que la oposición a la eutanasia es cosa de la Iglesia católica o de la derecha religiosa…. Se ignora que la Asociación Médica Estadounidense es probablemente la organización que de modo más importante se opone a la legalización…”