Sr. Director:

Este Partido pide que se retire a los sacerdotes de los hospitales, para “garantizar la aconfesionalidad del Estado”. 

El Estado, señor de Compromís, no es confesional cuando facilita un servicio religioso a sus ciudadanos, lo mismo que no precisa ser médico para poner los servicios sanitarios al alcance de todos.

Al mismo tiempo le informo que la inmensa mayoría de españoles somos católicos y, aunque muchos no vivan una práctica habitual de su religión, cuando se siente la muerte cerca no dudan en solicitar la presencia del sacerdote, y esa es una última voluntad que nadie tiene derecho a negarle, incluso a quienes durante su vida presumieron de “ateos”. Testigos de alguno de estos casos somos mi esposo y yo. 

Es posible, señor de Compromís que usted, cuando llegue su hora, reaccione de la misma forma. Cuente desde ya con mis oraciones al respecto.