Sr. Director:

Disfrutar de la carne de pequeños rumiantes, lechal y cabrito, en cualquiera de sus  presentaciones, es un deleite para el paladar y una apuesta por el futuro. Gracias a todos  los beneficios que supone para el medio ambiente y la biodiversidad, el consumo de ovino y  caprino  es  un  aliado  en  la  lucha  contra  la  degradación  medioambiental  y  el  cambio  climático.

En  los  lugares  en  los  que  el  pastoreo  trasiega  los rebaños  de  ovejas  y  cabras,  una  costumbre tan tradicional como extendida en nuestro ámbito rural, se produce una limpieza de la biomasa vegetal que, de no hacerse, con la llegada de la estación seca esta biomasa vegetal se convierte en  una  capa  de  combustible  lista  para  arder  y  terminar  devorando  miles  de  hectáreas  de  ontes y bosques. La apuesta por las carnes de cordero, lechal y cabrito, para nuestra cesta  de  la  compra  representa  un  apoyo  a  nuestro  ecosistema,  basado  además  en  la  labor  polinizadora que realizan las ovejas cuando diseminan las semillas de las plantas en su lana y en sus heces.  

Un consumo que beneficia a todos.  Nuestra ganadería permite transformar un peligro medioambiental en unas carnes  deliciosas.  El  origen  europeo  de  los  turnedós,  las  chuletillas, de palo y de riñonada, los  filetes  de  pierna  o  los  churrasquitos  representa para el consumidor una garantía de que los productos que están  formando parte de su dieta ayudan a la conservación del tejido social y del medio ambiente. 

La  Interprofesional  Agroalimentaria  del  Ovino  y  el  Caprino,  INTEROVIC,  está  llevando  a  cabo  un  programa  europeo  de  fomento  del  consumo  de  estas  carnes  para  que  la  alimentación  de  nuestras  cabañas  contribuya al mantenimiento de  bosques  y montes.  Las  cabras adultas se alimentan con 1,5 a 2,5 kg diarios de materia vegetal seca  (entre 350 y  1500 g de hojas y brotes de matorrales), mientas que las ovejas adultas en pastoreo pueden  consumir de 2 a 3 kg de materia seca diaria (matorral y especies leñosas).

Gracias a la aplicación de los programas de limpieza de los montes por parte de las “Ovejas Bombero”, rebaños en pastoreo controlado, se consigue, además de una eficaz prevención contra los incendios, el fomento de la biodiversidad y la mejora de la economía en el ámbito rural.

Este potencial de la ganadería ovina y caprina como agentes desbrozadores naturales  que,  además,  permiten  transformar  en  carne  un  recurso  que  de  otra  forma  supone  un  peligro medioambiental, es la  razón  por la  se están implementando en Europa  programas  específicos para limpiar los campos y los montes mediante un pastoreo de rebaños, sea en régimen estante, trashumante o trasterminante.