Sr. Director:

La Audiencia Provincial de Palma de Mallorca citaba a Iñaki Urdangarín para comunicarle la sentencia emitida por el Tribunal Supremo. Deberá cumplir una pena de cinco años y diez meses de prisión. Como cabía esperar no ha habido recurso al Tribunal Constitucional y Urdangarín ha ingresado en prisión en un plazo no superior a diez días.

 Así termina uno de los casos de corrupción más mediáticos y de mayor trascendencia institucional que se han vivido en España. Y con este final bien puede reconocerse, contra las sospechas de propios y extraños, que la Justicia española no entiende de influencias ni de vínculos familiares. Si Iñaki Urdangarín se aprovechó de la situación de privilegio que le confería su vínculo matrimonial con la Infanta Cristina para enriquecerse de modo delictivo, debe pagar de acuerdo a lo establecido en el Código Penal. Y debe hacerlo en condiciones de igualdad con el resto de los españoles, ni más ni menos.