Sr. Director:

El 28 de febrero se cumplieron dos años del retiro del Papa Benedicto XVI.

Al partir del Vaticano, ligero de equipaje, con sólo sus documentos personales, dijo: "Soy simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinaje en esta tierra". Quiso hacer vida los versos del poeta: Dichoso el humilde estado /del sabio que se retira/ de aqueste mundo malvado, /y con pobre mesa y casa /en el campo deleitoso// con sólo Dios se compasa/ y a solas su vida pasa /( ...) (Fray Luis de León).

El Papa Francisco ha querido que se viera, repetidas veces, al Papa emérito en el Vaticano y en su residencia en el convento de las Visitandinas, orden religiosa fundada por San Francisco de Sales, Patrón de los escritores y periodistas. ¡Qué bien lo cuidan! Parece rejuvenecido.
El Papa emérito, sabio y santo, autor de profundas y bellísimas encíclicas, continúa haciendo mucho bien a la Iglesia con su pluma afilada para servir a la verdad, base de la justicia y punto de apoyo de la misericordia; con sus consejos al Papa Francisco, que los requiere y estima tanto; sobre todo, con su oración perseverante: aparejada de confianza y junto con el ayuno, es fuertemente poderosa, con el poder mismo de Dios: "Pedid y recibiréis(...)Todo cuanto pidierais al Padre en mi nombre os lo dará". (Juan, 16).

Josefa Romo