Sr. Director: Gran Bretaña ha dado un paso más en la carrera de la manipulación genética al autorizar a un grupo de científicos del Instituto Francis Crick de Londres la aplicación de una técnica de modificación genética en embriones que, dicen, serán destruidos posteriormente. Esta autorización permite intervenir en los núcleos primeros de la vida humana y significa un primer paso, amparado legalmente, hacia la fabricación de "bebés a la carta". Como se ha señalado estos días, esa práctica se había proyectado ya en el contexto de la ideología nazi, cuando se pretendía la creación del superhombre ario. Me parece conveniente considerar este aspecto y el riesgo que comporta. Enric Barrull Casals