Sr. Director: Me sorprende la exigencia de Artur Mas para que el Estado invierta en Cataluña según su PIB. Ningún país del mundo reparte sus inversiones en función del nivel de riqueza de sus regiones. De hecho, el propio gobierno catalán tampoco lo hace: invierte en la provincia más dinámica económicamente, Barcelona, 11 puntos por debajo de su porcentaje de PIB en Cataluña. En otras palabras, Mas exige al gobierno central dentro de España algo que él mismo incumple dentro de Cataluña. De hecho, las inversiones en líneas ferroviarias o carreteras tienen, por su propia naturaleza, una gran relación con otros parámetros, como la superficie de que dispone un territorio. Que Cataluña tenga el 10.7% de las inversiones en infraestructuras cuando tiene el 6% de la superficie de España es algo razonable. Claro, cuando se deja de lado la demagogia nacionalista y la voluntad de crear resentimiento. Pilar González Gutiérrez