Sr. Director:

Argelia se encuentra sumida desde hace ocho meses en un permanente estado de agitación política y social, lo que permite entender la importancia de las elecciones presidenciales que se celebraron el pasado mes. Con una abstención superior al 60 por ciento, resultó elegido un antiguo primer ministro del defenestrado presidente Buteflika. Abdelmayid Tebbun es un tecnócrata que no pertenece a ningún partido pero es considerado como un hombre del viejo régimen, aunque fue destituido por sus denuncias contra la corrupción hace dos años. El primer gesto del recién elegido ha sido tender la mano al movimiento rebelde “Hirak” que clama masivamente en la calle por un cambio radical del sistema político.