Sr. Director:

Este titulo no ha sido creado por mí, aparece en el libro titulado La Verdadera Devoción de la Virgen, que es un libro profético, pues en él se refiere cómo serán los apóstoles de los últimos tiempos. Y viendo la situación actual, creo que estamos en ese panorama del fin de los tiempos.

Observemos y veremos como en la actualidad solo se habla del coronavirus o de la economía, sin embargo ya nadie habla de los millones de niños abortados, ni de las innumerables familias destrozadas, ni del cambio de sexo, ni del matrimonio homosexual, ni de la pornografía, ni de la insoportable inmoralidad pública, etc. Además tenemos que agregar lo más grave: la desacralización, los ataques y profanaciones de la Divina Eucaristía, y esa situación, sin duda alguna, es la causante de todos los males del mundo.

Estamos en la última batalla y en esta batalla no se puede ser neutral, ni ambiguo, ni con medias tintas, pues nos jugamos nuestro destino eterno. Dice el Apocalipsis: “Por que no eres frio ni caliente estoy por vomitarte de mi boca”. No podemos callar, que eso es lo que pretende el Gran impío, tenemos que estar todo el día y todos los días luchando contra esta demoníaca situación. San Luis María Grignion de Monfort, en su libro sobre La Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, nos relata como serán los apóstoles de los últimos tiempos a las órdenes de su Santísima Madre. Dice el santo: “Pero ¿Qué serán estos siervos, esclavos e hijos de María? Serán brasas encendidas, ministros del Señor, que prenderán el fuego del amor divino en todas partes. Serán como saetas agudas en mano de la Virgen poderosa. Serán nubes tronantes contra el pecado, echarán rayos contra el mundo, contra el demonio y sus secuaces”.

“Estos apóstoles de los últimos tiempos, son suscitados para la gloria de Dios y de la salvación de las almas, irán a donde los llame el Espíritu Santo. Tendrán en su boca la espada de dos filos de la palabra de Dios; llevarán sobre sus espaldas el estandarte ensangrentado de la Cruz. El crucifijo en la mano derecha, el rosario en la izquierda, los nombres sagrados de Jesús y María en el corazón. He aquí los grandes hombres, que han de venir. María los formará por orden del Altísimo para extender su imperio sobre los impíos, idólatras y mahometanos”. Solo cito unas breves frases de las que pronunció el santo, que reflejan unas características de los apóstoles de los últimos tiempos. Pero cada uno de nosotros también puede ser soldado de ese ejército invencible, lo único que tenemos que hacer es consagrarnos como esclavos de la Santísima Virgen, Ella hará el resto.