Sr. Director:

El acento, ante una catástrofe como la ocurrida en Mallorca, lo ponía el obispo de Mallorca, Sebastián Taltavull, implicado de inmediato en las labores de limpieza y recuperación de enseres, al pedir oraciones por las víctimas al tiempo que destacaba la importancia de una solidaridad que puede obrar el milagro en estos momentos de angustia y dolor. Hablaba del milagro de la unión de toda la población sin discriminación alguna, porque ante estas catástrofes no hay ni puede haber diferencias ideológicas. Lo pusieron de manifiesto el presidente del Gobierno y el líder de la oposición al trasladarse a la “zona cero” de la fatal inundación.

Ha sido la hora de un “tsunami” de solidaridad como también ha mostrado ese gran deportista que es Rafael Nadal, al ofrecer las instalaciones de su academia de tenis y ponerse en fila para limpiar, con sus manos, el rastro del torrente de barro que tanto dolor ha causado a los mallorquines.