Sr. Director: La pretensión de recluir la fe en la vida privada ha hecho que cada vez sea más difícil encontrar a personalidades del mundo de la política, de la economía o de la cultura, haciendo una confesión pública de sus creencias, de su vida de fe. Las declaraciones de la Canciller alemana Ángela Merkel al diario germano Süddeustche Zeitung, con motivo del veinticinco aniversario de la unificación alemana, rompen con esta dinámica de silencio sobre estas materias; un silencio al que los españoles estamos demasiado habituados. En una larga entrevista Ángela Merkel, hija de un pastor protestante, no evita las respuestas sobre su vida de fe y sobre la dimensión pública del cristianismo en la construcción de una Europa moderna. La Canciller  señala que la fe es la base sobre la que ella, y otros muchos, contemplan la sagrada dignidad del ser humano. Aunque confiesa que ha pasado por momentos de duda, insiste en que siempre ha vuelto a creer y que la fe en Dios le facilita muchas decisiones políticas. Ángela Merkel alerta, una vez más, sobre el riesgo de "islamización" de Europa. Un riesgo que para la mandataria alemana tiene una respuesta adecuada: recuperar los valores cristianos, con una invitación explícita a volver a las Iglesias y a sumergirse de nuevo en la Biblia, texto que está en la base de la cultura occidental. Unas valientes declaraciones que debieran dar que pensar a más de uno. Domingo Martínez Madrid