Sr. Director: Con la ley de transparencia, cualquiera se puede enterar de lo que oficialmente cobran los alcaldes. Con las hemerotecas a mano, el mismo cualquiera puede recordar lo que, en campaña electoral, decían los candidatos que iban a cobrar. Y las cuentas empiezan a no cuadrar o a cuadrar por el lado oscuro. Es lo que tiene de cuento la transparencia y lo que tienen de peligro las hemerotecas. Entre lo que dijeron que iban a cobrar, lo que realmente cobran, lo que se gastan en donaciones, lo que se ahorran con eso de los coches, los despachos, los teléfonos, las dietas y las comidas y la cosa de la transparencia, la verdad es que nos enteramos de poco. Y es que, como son tan transparentes, a veces, ni se les ve. Las cuentas empiezan a no cuadrar porque algunos de los individuos e individuas con la vara de mando se han pasado varios pueblos, pueblos que llegan hasta doblar la cifra prometida en campaña. Pedro García