Estas palabras del epidemiógolo F. Simón, infunden confianza: “Probablemente el confinamiento no llegue a ser necesario (…)”; y éstas asustan a quienes quieren a los mayores y ancianos: “El confinamiento por edad se puede plantear (…)”.

Al coronavirus  no se le ha aislado, por lo que no se conoce suficientemente ni es posible aún idear una vacuna experimentada, fiable y confiable. Muchos vemos, en el confinamiento domiciliario, una medida que se asemeja a un arresto sin causa suficiente. El encierro es insalubre desde el punto de vista físico y psíquico, opuesto a las recomendaciones que han hecho, siempre, los médicos. Encerrar a la gente como se ha hecho en España, es  medida “desproporcionada”, que esperamos no se repita, pues va contra la salud, que dicen proteger. En la ciudad, pocos tienen un jardín o una parcela o corrales, ni entra el sol en todas las casas. Todos- más, los mayores- necesitan algo de conversación, pasear, tomar el aire y un poquito el sol para mantenerse inmunes ante el peligro de enfermedades. Por favor, señores que gobiernan, procuren la salud de todos sin poner en peligro, por aislamiento, la de nadie. Les ruego, también, que no obliguen, indiscriminadamente, a llevar mascarillas incluso en sitios abiertos, de arbolado y despoblados. Necesitamos respirar a pleno pulmón.