Sr. Director:

Familia y enseñanza son los dos grandes ejes sobre los que pivotan la formación del individuo, su forma de pensar, su manera de ser, su sentido de la vida en común y -lo que es más importante- su capacidad de reflexión y su facultad para pensar libremente y elegir el camino  en la búsqueda de la verdad.

Las vías más importantes para transformar una sociedad y para influir decisivamente en la formación de los ciudadanos -en el medio y en el largo plazo-  son la familia y la enseñanza.

Desde siempre, los partidos políticos que lógicamente pretenden conformar la sociedad según sus ideologías, han incidido en esas dos realidades. Familia y enseñanza son los dos grandes pilares y los ejes sobre los que pivotan la formación del individuo, su forma de pensar, su manera de ser, su sentido de la vida en común y -lo que es más importante- su capacidad de reflexión y su facultad para pensar libremente y elegir el camino en la búsqueda de la verdad. Aspectos, todos ellos que implican a la totalidad de la persona.

Quienes además de conformar e influir en la sociedad pretenden una vez conseguido el poder perpetuarse en su ejercicio, saben que la fórmula segura es moldear a los ciudadanos más jóvenes, y por eso más indefensos, y para lograrlo no dudan en quitar de en medio los dos obstáculos que, por su propia esencia, se oponen a esa finalidad: la familia y la enseñanza.

Por eso, debilitar a la familia, hurtar a los padres el derecho a decidir qué educación quieren para sus hijos y colonizar esa educación con argumentos tan falaces como la igualdad de oportunidades, estarán siempre en la agenda de un gobierno socialcomunista.

Además, las ideologías de origen y pensamiento totalitario, marcan en sus acciones una pauta inequívoca: libertad para “hacer”, pero no libertad para “pensar”.