Sr. Director: Actualmente muchos padres y profesores están preocupados con la crisis de los adolescentes, que puede originar la situación de los ninis (ni estudian ni trabajan) y el fracaso escolar. Durante la infancia, los padres se han esforzado para que sus hijos adquirieran una serie de hábitos positivos como el respeto, la obediencia, el trabajo, la puntualidad, el orden, los buenos modales y la presentación personal. Pero a partir a los 12 años los chicos modifican su comportamiento y se vuelven desobedientes, regresan a casa a horas desacostumbradas, no cuentan a sus padres lo que hacen, se irritan por cualquier cosa, descuidan el aspecto personal y tienen su habitación totalmente desordenada. Ante esta situación, los padres se sienten abrumados y desmoralizados. ¡Tanto trabajo anterior para conseguir estos gamberros impresentables! Para paliar y resolver esta situación, algunos padres toman una decisión equivocada. Vuelven a insistir en ayudar a sus hijos como antes pero con un mayor nivel de exigencia. El resultado es negativo. Los hijos se hacen más irritables y aumentan los malos hábitos adquiridos. Otros padres valoran como malas estas conductas y piensan que lo hacen para fastidiar a los padres. Los mayores han de comprender que los chicos a esta edad tienen modificaciones corporales y psicológicas importantes, tales como el nacimiento de la intimidad, el crecimiento físico y la maduración sexual. Todo esto tiene una repercusión necesaria en las formas de comportamiento, que lejos de ser censurables, son expresión del desarrollo del individuo y forman parte del proceso de maduración personal. Por otra parte, todos los esfuerzos de los padres en dar buen ejemplo y fomentar hábitos positivos no se han perdido y pasado un tiempo el hijo recuperará la calma y el equilibrio perdidos, aunque ahora de una forma más consciente que en la infancia. En algunos casos el paso se complica por el consumo de alcohol, drogas u otras causas, mientras que en otros casos los chicos progresan en su madurez casi sin problemas. Lo importante en educación es anticiparse a los problemas y ya en la infancia los chicos irán interiorizando de forma razonada y progresiva los criterios básicos del futuro, como la educación de la libertad, la educación en la fe y la educación para el amor. Todo lo que el niño ha aceptado pasivamente en la infancia, cuando llegue a la adolescencia lo contrastará con ideas y experiencias propias. Se tratará de estimular y favorecer la autonomía personal y no de coartarla, con el fin de que la acción educativa sea un proceso de mejora. Arturo Ramo