Sr. Director:

La crisis en Gran Bretaña y la Unión Europea no se ha producido entre el pasado martes y hoy. A cien días de que se ejecutase el temido Brexit, Theresa May se puso la venda antes de la herida e iniciaba una serie medidas entre las que se encuentra movilizar al ejército y la inversión de dos mil millones de euros para llevar adelante un Brexit no pactado. Esta inversión está destinada a incrementar el número de funcionarios de aduana, el almacenamiento de víveres, el blindaje de la sanidad pública y la inversión en seguridad, entre otras propuestas. Estas medidas, que también forman parte del juego político de May para presionar a Bruselas, instalan a la política británica en una permanente incertidumbre que provoca desconcierto social e inestabilidad en los mercados financieros. La crisis actual no es casual, estaba prevista.