Sr. Director: Una vez que se ha superado la excitación y la angustia de los primeros días del terrible atentado perpetrado en Cataluña por los asesinos yihadistas, cabe considerar algunas precisiones sobre esa espantosa agresión. Naturalmente debemos envolver en absoluta serenidad cualquier apreciación de los hechos. Se ha querido insinuar en algunos foros que pueda haber cierta culpabilidad en personas o instituciones, por negligencia o incapacidad. Soy de la opinión de que la única culpa de los mismos, es atribuible a los asesinos y, de forma indirecta, a los que les instruyeron u ordenaron esa masacre. Dicho esto, precisar que la no detección de los asesinos antes del golpe, y otros significativos errores, no es causa de culpabilidad, más bien de inexperiencia; los Mossos en materia de seguridad, son como un becario en un medio de comunicación: aunque su voluntad sea grande, necesitan adquirir experiencia para acertar en sus informaciones. Cuando los Mossos sean expertos en estas materias, no hay duda de que podrán actuar solos y con la perfección que lo hace la Guardia Civil y la Policía Nacional y la comunidad catalana podrá sentirse mucho más segura. Tampoco es motivo de crítica ni de culpabilidad el hecho de que la alcaldesa de Barcelona obviase las recomendaciones del Ministerio de Interior de poner protección en lugares concurridos como Las Ramblas; pedirle a esta señora racionalidad y sensatez, es una labor ímproba, pues todos sabemos hasta dónde puede llegar intelectualmente. Por todo ello, insistir en que solamente hay unos culpables, los asesinos y sus cómplices; los políticos catalanes y sus instituciones puede que algún día lleguen a estar a la altura de los nacionales, pero mientras tanto, no son culpables de sus deficiencias. Pablo D. Escolar