Caso real. Una jovencita se declara lesbiana ante un familiar. Su explicación es sencilla: "yo soy la chica, ella es el chico… y además es guardia civil". Algo muy machista si lo piensan bien: a fin de cuentas, peor se entiende que si es guardia civil como que debe jugar el papel de varón. La verdad es que no lo tengo claro del todo, oiga, porque en la Benemérita abundan los armarios vacíos o al menos abundan los números que se encargan de repetirnos con entusiasmo, varias veces al día, que ellos son homosexuales… de tricornio. Pero la verdad, continua asombrándome, ¡oh sí!, que los que braman contra la heterosexualidad acaben jugando el papel que según ellos su misma naturaleza se niega a jugar. Una vez que conseguís la libertad para el mal ahora pretendéis imitar al bien. Y claro, sale una parodia. Y si no fuera trágico… pues reiríamos mucho y nos lo pasaríamos fenómeno. Hispanidad eulogio@hispanidad.com